Procedimientos médicos: qué hacer con los “¡ay!”

Todos los niños probablemente deban pasar por algún procedimiento médico incómodo en algún momento, como una vacuna, un análisis de sangre, tomar puntos o, incluso, una operación o tratamiento continuo. Existen formas en las que podemos ayudar a los niños a sobrepasar estas situaciones sin que se les produzca un trauma, e incluso hacer que estos momentos sean una fuente de crecimiento.

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Permanece con tu niño.

Es posible que grite más, pero con el paso del tiempo su adaptación será mejor si estás allí. Si no puedes hacerlo, pídele a alguien de confianza que acompañe a tu niño. Una sensación de abandono es peor que un dolor físico.

Explica la situación.

"Pondrán una banda ajustada en tu brazo y, luego, sentirás un pequeño pinchazo". Mentirle al niño acerca del dolor, la duración u otra situación no es una buena idea. La desconfianza genera más ansiedad. Dile a tu hijo simplemente lo que debe hacer: "Debes mantener tu brazo quieto para que puedan terminar rápidamente. Puedes gritar y llorar, pero no te muevas".

Que sea breve.

Las explicaciones largas y la racionalización son confusas y pueden ser abrumadoras para un niño pequeño. Evita explicar los "porqués", salvo que puedas hacerlo con palabras simples: "Esta vacuna evitará que te enfermes".

Utiliza la distracción

Utiliza una historia, juguete o algo visual para ayudar a mantener la atención de tu hijo lejos del procedimiento.

¡Listo!

Avísale cuando haya finalizado todo y dile lo que sucederá luego. "Ya hemos terminado, así que iremos por el helado del que hablamos". Déjale saber a tu hijo que la experiencia fue difícil para él, y hazle saber que estás orgullosa de él por haberla superado.

Genera confianza.

Evita amenazar con un procedimiento médico o decirle al niño que el doctor o la enferma mala vendrán para colocarle una vacuna si se porta mal. Esto genera desconfianza con respecto a los médicos y hace que tu hijo se pregunte por qué permites que esas personas malas le hagan eso.

Sé razonable

Permite que los niños tengan el control sobre lo que es razonable ("¿Qué color de apósito deseas?"), pero nunca les des una opción cuando no existen opciones ("¿Deseas que te cosan los puntos?"). Los niños se sienten traicionados cuando continuas con un procedimiento por el que creyeron que podían optar.

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Responde las preguntas.

A los niños más grandes les puedes dar una explicación sencilla sobre por qué necesitan el procedimiento. Prepárate para responder las preguntas específicas.

Permite que sea el niño quien te guíe.

Los niños pueden estar interesados en ver la sangre, o es posible que le teman. Sigue el ritmo del niño, pero no lo presiones. Puedes ayudar a los niños de esta edad a practicar mentalmente el evento. Saber los detalles exactos del evento les permite sentir que tienen el control y autoridad.

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Si el niño debe someterse a un procedimiento importante o un tratamiento a largo plazo, puede ser útil escuchar las experiencias de otros niños que han pasado por lo mismo.

Cuentos

A los niños les encanta contar "historias de terror" que han vivido. Escucha pero no te dejes llevar por demasiada exageración. Destaca cómo se recuperaron y lidiaron con la situación, enfatizando la herida que ha sido curada, la cicatriz que está desapareciendo o el pinchazo de la inyección que no ha dejado marca de la aguja.

Recuerda mantener la calma. Esto le enseñará al niño a sobrellevar estas situaciones “temerosas” y aprenderá a ser más cooperativo.

En resumen

Los procedimientos médicos no siempre son agradables para tu bebé, pero son necesarios. Algunos consejos para ayudar a tu retoño a no resentir tanto el trauma son: permanecer con él, explicarle la situación, que sea breve, utilizar una distracción y generar confianza. Ante todo, procura mantenerte tranquila para que tu bebé también lo esté.

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